¿Cuál es la taza de café perfecta? Descúbrela

Preparar una buena taza de café no solo requiere un buen molido, la cafetera adecuada y el grano perfecto.

También se necesita un poco de ciencia, como lo confirma un reciente estudio sobre el café publicado en la revista Matter, especializada en estos temas.

Pero, ¿Cómo se supone que debe hacerse todo esto? Aquí te lo contamos.

La temperatura o la relación entre agua y café son solo algunos de los parámetros que se tienen en cuenta a la hora de determinar el sabor de esta bebida.

Sin embargo, recientemente, en el estudio de la revista Matter se ha demostrado que la finura y la cantidad del polvo resultante cuando se muele el grano de café pueden afectar la forma en que se prepara una taza de café.

Café perfecto

Según un equipo de investigación compuesto por matemáticos, químicos, científicos y baristas, descubrieron una forma eficiente de preparar una taza de café utilizando un modelo matemático experimental.

Los investigadores ignoraron el tipo de café, el origen y tostado del grano, así como la química del agua; y se centraron exclusivamente en la preparación de la bebida.

En el proceso, dejaron de lado la teoría de que los mejores granos inciden en obtener la mejor taza de café.

Además, encontraron que al hacer esta preparación, el sabor de cada taza de café variaba porque, aunque no lo parecía, se extraía usando dos métodos diferentes, uno usando el sabor que estaba en la superficie de los granos y otro que atrapaba la intensidad que había en ellos.

Con base en su investigación y preparación, concluyeron que los granos de café menos gruesos son la clave para una bebida perfecta y uniforme en cada taza; y sugiere una producción más económica.

Esto se debe a que al moler el grano, las pequeñas partículas obstruyen el espacio por donde debe fluir el agua, mientras que al reducir la masa de café, es menos eficiente.

Ahorrar al preparar café

La ciencia también sugiere que implementar este método de preparación no solo garantiza una buena taza de café, sino que también implica una producción más barata para el bolsillo del consumidor y a la vez es respetuosa con el medio ambiente.

Según los investigadores, usar menos café al moler reduce el desperdicio hasta en un 25 por ciento, lo que aumenta drásticamente las ganancias sin comprometer la calidad de esta increíble bebida.