Recopilado por: Mario Sotelo 

El ñame no solo ayuda a prevenir las enfermedades del corazón o favorecer el tránsito intestinal, sino que también -al ser un concentrado en hidratos de carbono-, es catalogado como un alimento energético 100% saludable. Y es que por su riqueza en fibra y proteínas vegetales, se considera un buen alimento para deportistas.

Además, genera una sensación de saciedad. Su alto contenido de almidón y su bajo costo lo convierten, según la FAO, en un cultivo de subsistencia.


Otra de sus propiedades es la diosgenina, un compuesto que fortalece el crecimiento neuronal y la memoria, así como las habilidades del aprendizaje.

Además, posee un bajo índice glucémico gracias a la presencia de carbohidratos complejos y fibra dietética.

Al igual que la batata, la patata o la mandioca, el ñame es una rica fuente de carbohidratos, principalmente en almidones, que representa más del 70% de su composición. Este tubérculo tiene su origen en África Occidental, América del Sur, África, las Antillas y las Islas del Pacífico en España, es especialmente popular en las Islas Canarias.




Valor nutricional del ñame (por cada 100 gramos)

Calorías: 118 kcal; Grasas: 0,2 g;

Hidratos de carbono: 28 g;

Proteínas: 1,5 g; Potasio: 816 mg; Calcio: 17 mg; Hierro: 0,5 mg y Magnesio: 21 mg.

Cómo usar ñame en la cocina?

En la cocina, el ñame se prepara de manera similar a otros tubérculos, generalmente cocido después de hervirlo, hornearlo o asarlo a la parrilla. Su harina o almidón se utiliza como espesante o gelificante, ofreciendo una alternativa al almidón de maíz, y es ideal para preparar pan fermentado apto para celíacos.

Además, el ñame es versátil en la elaboración de diversos platos, como potajes, sopas y chips, perfectos para disfrutar como snack entre comidas. También se utiliza en la gastronomía tradicional para hacer purés y guisos, aportando un sabor suave y una textura cremosa.